Para dar explicación del comienzo del neoliberalismo en Argentina es necesario explicar brevemente la historia previa al gobierno de Carlos Menem.
El presidente inmediatamente anterior fue Raúl Alfonsín (1983-1989) cuya gestión logró recuperar la vida política de un pueblo que había sido presa de la peor represión militar[1]. Con el regreso de la democracia en 1983 se abrían las puertas al desarrollo institucional, económico y político de un país que había retrocedido varias posiciones a nivel mundial a causa de la pésima administración militar que desguasó al Estado. Grandes endeudamientos internos y externos[2], libertades limitadas, miles de desaparecidos, refugiados y presos políticos, importantes personalidades intelectuales viviendo en el exterior, una economía derruida, decadencia política, corrupción, desindustrialización, mercados expandidos sin control estatal, liberalismo económico escasamente vigilado, declive financiero, una guerra perdida contra una de las potencias militares más poderosa del mundo con cientos de solados argentinos muertos en combate y muchísimas otras preocupantes adversidades eran las características que presentaba el Estado argentino para 1983.
El presidente inmediatamente anterior fue Raúl Alfonsín (1983-1989) cuya gestión logró recuperar la vida política de un pueblo que había sido presa de la peor represión militar[1]. Con el regreso de la democracia en 1983 se abrían las puertas al desarrollo institucional, económico y político de un país que había retrocedido varias posiciones a nivel mundial a causa de la pésima administración militar que desguasó al Estado. Grandes endeudamientos internos y externos[2], libertades limitadas, miles de desaparecidos, refugiados y presos políticos, importantes personalidades intelectuales viviendo en el exterior, una economía derruida, decadencia política, corrupción, desindustrialización, mercados expandidos sin control estatal, liberalismo económico escasamente vigilado, declive financiero, una guerra perdida contra una de las potencias militares más poderosa del mundo con cientos de solados argentinos muertos en combate y muchísimas otras preocupantes adversidades eran las características que presentaba el Estado argentino para 1983.
Alfonsín recuperó el verbo político y su postura hacia los derechos humanos tuvo un compromiso pleno, promoviendo los juicios a las juntas militares. Luego estos replicarían duramente a través de los carapintadas, rechazando las medidas de enjuiciamiento que derivaron en las leyes de obediencia de vida y punto final, disposiciones que permitieron la libertad de una cantidad significativa de militares involucrados directamente en crímenes de lesa humanidad, dejando una herida abierta en la sociedad argentina. Alfonsín supo movilizar a la sociedad para proteger su gobierno de un golpe de Estado ya que las cúpulas militares continuaban operando manteniendo latente la posibilidad de desbancar al presidente si este condenaba con la prisión a los militares. Cabe destacar que las Fuerzas Armadas consideraban que el golpe de Estado de 1976 era legítimo y todo el accionar represivo y criminal se justificaba por el “estado de guerra” que atravesaba la nación. Sin ir más lejos aun hoy en la actualidad este pensamiento se mantiene vigente en importantes figuras militares.
El presidente radical intentó reformar el país, pretendía modificar la estructura sindical pero esto le resultó imposible, tenía otros proyectos importantes como trasladar la Capital Federal a la ciudad de Viedma pero no pudo concretar sus metas.
La política exterior de la gestión alfonsinista es uno de los buenos legados. Planteó la autonomía como indispensable para el crecimiento económico del país y de la región, logró dirimir los conflictos con Chile y sentó los cimientos del MERCOSUR.
Pese a estos logros la economía se desplomaba con el paso de los años de la gestión. Algunas medidas fueron puestas en marcha con urgencia surtiendo efecto en el corto plazo, así el Plan Primavera y el Plan Austral contuvieron la inflación los primeros meses pero la hiperinflación se avecinaba. Ninguno de sus funcionarios comprendió que este proceso debía revertirse para la estabilidad democrática e institucional del país. La hecatombe se hizo patente y hacia fines del gobierno radical, Argentina se encontraba sumergida en una crisis económica de grave magnitud, elevados índices de hiperinflación perjudicaban a vastos sectores de la sociedad aumentando el descontento de la población y deslegitimando al gobierno radical. Según Mario Wainfeld [3] los ultimos años fueron tremendos, en caída libre, el gobierno se fue amoldando sin logros palpables a los dictados de los organismos internacionales de crédito. En el contexto internacional no ayudaban los precios ya que se encontraban por el piso. El gobierno perdió identidad acechado por la malaria, la inflación y la pérdida general de rumbo.
Protestas y saqueos catalizaron la salida del presidente radical. El 8 de julio de 1989 luego del traspaso anticipado del poder, Carlos Menem asumía la presidencia de la Nación por el Partido Justicialista. Lo hacía con una gran responsabilidad, en primer lugar debía mantener la integridad de las instituciones democráticas y del propio sistema político cuya estabilidad aún peligraba frente a las amenazas de las fuerzas armadas operadas en el gobierno radical y en segundo término debía resolver la hecatombe económica que afectaba al país entero.
M.P.
[1] El 24 de marzo de 1976 Isabel Perón fue detenida y trasladada a Neuquén. La Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti. Designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla. Dispuso que la Armada , el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el futuro gobierno con igual participación. Comenzó el audodenominado "Proceso de Reorganización Nacional"
[2] La deuda externa creció de 4.000 millones de dólares en el gobierno de Isabel Perón a casi 50.000 con los militares.
[3] La consagración a la política. Página 12. 9 de abril del 2009. Buenos Aires, Argentina